Un grupo de casi 65 teólogos y teólogas, comprometidos con la Misión Integral, encabezados por los coreanos Sam Cho y Jongho Kim, firmaron una carta dirigida al Grupo de Trabajo Teológico de Lausana. Expresaron serias preocupaciones sobre la falta de transparencia en el proceso de redacción. Afirman que muchos participantes vieron la declaración por primera vez al comenzar el congreso, sin oportunidad de aportar sugerencias. Este grupo plantea que la declaración necesita una voz profética más fuerte y un enfoque más amplio en los problemas sociales, económicos y ambientales del mundo.
Estimado Grupo de Trabajo de Teología de Lausana
Elogiamos el esfuerzo significativo y la consideración reflexiva que se invirtieron en la redacción de la Declaración de Seúl. Sin embargo, como testimonio de la importancia de la declaración, ésta provocó una reunión espontánea de 65 delegados, un número notable dado que se organizó en un solo día. Durante esta reunión, así como a través de discusiones posteriores por WhatsApp y correo electrónico, surgieron varias preocupaciones y sugerencias sobre cómo mejorar aún más la voz profética, la fidelidad y la relevancia de la declaración en el contexto actual.
En particular, creemos que la declaración carece de una voz profética suficientemente fuerte sobre cuestiones globales urgentes, como la crisis climática. Aunque la crisis climática fue un tema destacado en la conferencia, está notablemente ausente de la Declaración de Seúl. La declaración no reconoce adecuadamente las profundas interconexiones entre el cambio climático, el colonialismo y la guerra. La industrialización, las emisiones de carbono y el agotamiento de los ecosistemas están inextricablemente vinculados a la explotación colonial, incluida la esclavitud y la extracción de recursos. La actual crisis ecológica no puede entenderse plenamente sin tener en cuenta estos factores históricos y geopolíticos, como la crisis de Darfur.
Para reflejar la gravedad de la situación, instamos a que la declaración aborde estas intersecciones con mayor urgencia y claridad. De este modo, la declaración puede ofrecer una visión más completa y profética del papel de la Iglesia a la hora de abordar los acuciantes retos de nuestro tiempo.
1. Transparencia en el proceso de consulta: Aunque apreciamos el amplio proceso de escucha realizado, creemos que el borrador final de la Declaración de Seúl podría haberse beneficiado de una mayor transparencia e inclusión. Muchos delegados vieron por primera vez la declaración el 22 de septiembre, con escasas oportunidades para hacer aportes. Para mejorar la capacidad de respuesta de la declaración a las realidades diversas, multidimensionales e intergeneracionales de la iglesia mundial, recomendamos que se establezca un comité permanente o un grupo de trabajo para recabar opiniones a lo largo del proceso de redacción. De este modo, se garantizaría que en el documento final se tengan en cuenta e incorporen perspectivas más amplias. Poniendo en práctica estas recomendaciones, el Grupo de Trabajo de Teología de Lausana puede garantizar que las futuras declaraciones sean más representativas de la iglesia mundial y estén mejor equipadas para abordar sus diversas necesidades y desafíos.
2. Visión profética y responsabilidad social: El enfoque de la declaración sobre la misión de la Iglesia, tal como se expone en el Preámbulo, parece limitado, ya que se centra principalmente en
la evangelización y la atención pastoral. La misión del pueblo de Dios debería reflejar una visión más amplia, participando en la reconciliación de Dios con toda la creación. Aunque aquí parece hacerse hincapié en el trabajo de la iglesia local, la iglesia también debe comprometerse activamente a abordar las estructuras injustas, promover la reconciliación y el cuidado de la creación. Para reflejar la gravedad del contexto mundial actual, especialmente tras la pandemia del COVID-19, la declaración debería incluir un lamento y una disculpa corporativos por las formas en que se ha abusado de la Biblia para justificar guerras crueles, como las de Palestina, y el racismo y sexismo sistémicos en varias naciones, especialmente en aquellas con una gran población cristiana. Aunque en la declaración se abordan algunas de estas cuestiones, carece de una voz suficientemente profética que se comprometa profundamente con las acuciantes crisis sociales, económicas y ambientales de nuestro tiempo. Recomendamos ampliar la comprensión de la declaración sobre la misión de la iglesia para incluir un llamado más explícito a la acción en estas cuestiones globales urgentes. Además, proporcionar ejemplos de cómo las iglesias ya están comprometidas en estas áreas inspiraría y motivaría a otros a seguir su ejemplo. Esta visión más amplia y completa daría a la declaración un cariz profético que hablaría directamente al contexto mundial actual.
3. Exageración de las cuestiones LGBTQ+: Aunque la declaración aborda adecuadamente la sexualidad humana, hay un desequilibrio notable en el enfoque de las cuestiones LGBTQ+ en comparación con otras preocupaciones críticas como la justicia racial, la desigualdad económica y la mayordomía ambiental. Este desequilibrio puede socavar la misión holística de la Iglesia. Debería prestarse más atención a estas otras cuestiones urgentes para evitar la percepción de un enfoque particular. Además, al debatir cuestiones vinculadas a personas LGBTQ+, sería beneficioso afirmar en primer lugar la dignidad y la igualdad de todas las personas como portadoras de la imagen de Dios y reconocer la necesidad de arrepentimiento por no abordar la discriminación y el odio que sufren las personas LGBTQ+ en diversas culturas, y por no acercarse a los miembros de la comunidad LGBTQ a la manera de Cristo para compartir el evangelio con ellos.
4. Desequilibrio en el enfoque en la iglesia local tradicional: El énfasis en la iglesia local tradicional es comprensible, como se explica en la introducción de la sección de la iglesia. Sin embargo, la declaración pasa por alto varias comunidades de creyentes que existen fuera de las visiones tradicionales de la iglesia, como las redes de base, las organizaciones paraeclesiásticas, los ministerios en el espacio público y las comunidades digitales de fe que están emergiendo. El reconocimiento de estas diversas expresiones enriquecería la declaración y reflejaría todo el espectro de cómo los creyentes se reúnen, adoran y viven su fe en contextos contemporáneos más allá de las estructuras institucionales. El movimiento de iglecrecimiento ha llevado a un enfoque centrado en la iglesia en algunas culturas, incluidas las iglesias coreanas, lo que podría desviar recursos y relaciones de un compromiso mundial más amplio. Para evitar reforzar este resultado, sugerimos reformular la afirmación “La iglesia crece a medida que se reúne para adorar” a “La iglesia se construye a sí misma a medida que se reúne para adorar».
Para evitar enfatizar demasiado la iglesia local, recomendamos cambiar “una iglesia local” por “la iglesia” tanto en la Declaración #39 como en la primera oración del párrafo correspondiente. Esto se alinea con la tradición protestante, que enfatiza la autoridad de las Escrituras y la iglesia en su conjunto, en lugar de una estructura jerárquica. Si bien la frase “La iglesia se distingue como pueblo de Dios a través de su adoración al Dios trino en palabra y sacramento” destaca con precisión la importancia de la palabra y el sacramento, proponemos agregar que la esencia del culto radica en la confesión y la celebración comunitaria del señorío de Jesús. Para reconocer la diversidad de expresiones de adoración dentro de la iglesia, también sugerimos agregar: “Diferentes expresiones locales de adoración han enriquecido nuestra comprensión”. Además, si bien el bautismo y la comunión son los sacramentos principales, reconocemos la variedad de expresiones sacramentales que se encuentran en las diferentes tradiciones, afirmando la unidad en medio de esta diversidad.
5. Oportunidad perdida en tecnología y teología digital: Las secciones sobre tecnología (88-97) abordan su potencial creativo y sus desafíos, pero carecen de profundidad para abordar el significativo enredo entre la tecnología, la humanidad y la fe. Los expertos en teología de la tecnología aconsejan no verla únicamente como una herramienta, y en su lugar instan a una comprensión más matizada del enredo humanidad-tecnología. Además, no se aborda suficientemente el lado más oscuro del capitalismo de vigilancia global y sus vínculos con la desigualdad socioeconómica y la degradación ambiental. Las declaraciones pasan por alto aspectos críticos como las condiciones laborales de explotación, que a menudo involucran a refugiados y comunidades empobrecidas, y los impactos ecológicos nocivos de la IA. Una exploración más exhaustiva de estas cuestiones enriquecería significativamente la declaración y garantizaría que abarque todo el alcance de las realidades tecnológicas y sociales.
6. Condena de la industria armamentista: La declaración debe condenar explícitamente a quienes se benefician de la fabricación y distribución de armas, que perpetúan la violencia mundial. Debemos reconocer el papel que juegan los intereses económicos en la formación de las percepciones, agendas y estrategias teológicas dentro de muchas iglesias, seminarios y organizaciones evangélicas. Si bien la declaración habla en general de la paz, no aprovecha la oportunidad de abordar este mal específico y crítico. Nombrar a la industria armamentista y a los gobiernos que se benefician de ella le daría a la declaración la claridad profética que necesita.
7. Palestina y la justificación teológica defectuosa: Si bien nos alegró encontrar una mención de Gaza en la declaración, creemos que es importante ir más allá exigiendo específicamente justicia para el pueblo palestino. Instamos a la declaración a que se restablezca el lenguaje que condena las justificaciones teológicas defectuosas, en particular en lo que respecta a las acciones militares en Gaza. La omisión de este lenguaje debilita la postura de la declaración sobre la paz y la justicia. Como se escribió originalmente, «Reconocemos con alarma y vergüenza que la ‘justificación teológica defectuosa’ ha engañado a un número significativo de cristianos en todo el mundo para que apoyen activa o tácitamente la acción militar más reciente en Gaza, que ha costado la vida de miles de civiles palestinos. Los pastores y maestros de la Biblia deben liderar la corrección de los errores teológicos que justifican la violencia contra los civiles».
8. Abordar el racismo, el patriarcado y la xenofobia: La declaración debe abordar explícitamente la persistencia del racismo, el patriarcado y la xenofobia, que continúan dañando el testimonio de la iglesia y la Gran Comisión. Además, la creciente influencia del nacionalismo cristiano está distorsionando el evangelio y alejando a muchos, especialmente a las generaciones más jóvenes, de la iglesia. Estos temas deben ser nombrados y desafiados para que la iglesia mantenga credibilidad e integridad.
9. Involucrar a las generaciones futuras (Generación Z): La declaración debe comprometerse más directamente con las preocupaciones de la Generación Z, que está profundamente comprometida con cuestiones de justicia social e igualdad, así como con la autenticidad. La iglesia corre el riesgo de perder su relevancia si no aborda estos temas de frente. Un compromiso más intencional con las generaciones más jóvenes, particularmente en lo que respecta a la justicia racial, el cambio climático, la descolonización y la desigualdad económica, ayudaría a garantizar que la iglesia siga siendo una voz profética para los futuros líderes.
10. Reflexión final: El tono general de la declaración se siente rígido y comedido, carente del dinamismo necesario para inspirar un movimiento vibrante. En lugar de mantener un marco estrecho, la declaración debería alentar un movimiento convincente de cristianos que encarnan y comparten activamente el evangelio dentro de sus diversos contextos. Un cambio hacia una postura más animada, atractiva y visionaria capturaría mejor el corazón de Lausana. La iglesia debe ser retratada como un catalizador para la transformación positiva y el cambio en el mundo, impulsando una visión de esperanza y renovación.
Gracias por considerar estas revisiones. Creemos que mejorarían significativamente la Declaración de Seúl, convirtiéndola en un documento más profético, inclusivo y eficaz para la iglesia mundial de hoy. Si creen que necesitan más tiempo para revisar nuestros comentarios y realizar más revisiones, con gusto apoyaríamos una publicación retrasada de la declaración. Nuestro objetivo es garantizar que el documento final sea un documento valioso e impactante para la comunidad cristiana mundial.
Gracia y paz,
Sam Cho y Jongho Kim en nombre de los Evangélicos Coreanos Abrazando la Misión Integral junto con colaboradores de todo el mundo.
Si sos participante del Encuentro Lausana 2024 podés apoyar esta petición en este link: https://forms.gle/er9SorG3Nop84b2Y9