Descripción
Mucha de la espiritualidad cristiana actual carece de raíces teológicas sólidas y genera iglesias y creyentes que –impregnados con las expectativas y los valores que promueven las “teologías de la prosperidad”, el animismo mágico y la moda psi en materia de religiosidad– se limitan a repetir un trivial libreto de “lo eficaz”, “lo extraordinario” o lo “sin estrés”. Es una espiritualidad “desconectada” de las necesidades humanas reales, a la que le falta la fuerza transformadora que procede del Espíritu.